martes, 15 de septiembre de 2015

Todos tenemos un amor que nos complica la vida



Todos hemos tenido un primer amor. Cuando somos pequeños las mujeres odiamos a los hombres y los hombres nos odian a nosotras y así nos pasamos toda la niñez hasta que llegamos a los 15 o 16 años cuando ir al cine con alguien ya no suena tan descabellado.

Cuando por primera vez sentimos que pasar tiempo con esa persona no es tan malo y si podríamos aumentar las horas del colegio o universidad o donde (la) o (lo)  veamos sería muy muy buena idea.El problema está en que acercarnos tampoco es tan fácil como pensábamos. Mientras que antes nos juntaban nuestros padres en reuniones de amigos, o la profesora al hacer trabajos en grupo  y como olvidar a las tan bailarinas, risueñas y las  faldas cortas de las dalinas en  fiestas de cumpleaños nos terminaban llevando de la mano para bailar con algún compañerito poco emocionado por la idea.

Pues ahora la cosa no era tan fácil, si me hubieran dicho que iba a ser tan difícil acercarme ahora de adolescente a la persona que me gusta pues definitivamente hubiera aprovechado en esos momentos para elegir a la persona con la que pasaría mi vida y le hubiera hecho firmar un contrato para hacerlo valido aunque pasen los años.

Por más que suene  descabellado,  creo que por miedo al rechazo un 70 % de las personas que lean esto pues hubieran pensado en hacer lo mismo que yo. La primera vez que invite a un chico a una fiesta pues  me contesto  un claro y fuerte: ¡NO! , pudo haberme dicho no gracias o ya tengo planes pero no fue así, su claro y rotundo: ¡NO! Me llevo a tres días sin comer nada, lo que no fue tan malo ya que me antiguo pantalón de secundaria me quedaba muy bien de nuevo.

Este tiempo no fue del todo malo ya que encontré un libro que me termino enseñando que no solo yo me he enamorado y que la vida da tantas vueltas que realmente el destino nos puede volver a unir a personas que tal vez no pensábamos volver a ver, ese fue el caso de Ricardo un chico miraflorino quien el verano de 1950 conoce a Lily una chica bastante misteriosa de la que nunca se pudo olvidar.

Ricardo logra cumplir todos sus sueños incluso el más grande el de vivir en París, pero aun así y pasando por muchas otras aventuras Lily aparece cada cierto tiempo con alguna aventura bastante escalofriante  para confundirlo y  volverlo loco de amor. La obra es del escritor peruano Mario Vargas Llosa, quien le puso a esta, para mí, una  de sus más grandes logros “las travesuras de la niña mala” ¡muy recomendable!
 


Mayra Giuliana Agurto Salazar

No hay comentarios:

Publicar un comentario