Muchas veces decidir es algo
bastante complicado. Decidir significa elegir entre dos o más opciones, al decidir también tomamos con esa elección las
consecuencias buenas o malas que esta nos traerá. Yo nunca he sido buena
tomando decisiones, nunca supe realmente cual era mi color favorito o que me
gustaba en el desayuno o en el almuerzo o que ponerme en un día soleado o
nublado.
Siento que la presión de elegir
es para mí igual que estar tomando un examen, y no cualquier examen, uno de
esos donde las respuesta son en números, los cálculos son obligatorios y solo
tienes dos opciones.
Creo que si decidir es tan difícil,
pronto surgirá una enfermedad llamada: stress
post elección donde las personas parecidas a mi tendrán que tomar agüita de
azar y largos baños en manzanilla para poder curarse. Pero lo más complicado no
es eso, lo más complicado y difícil es: ¿Que pasa después? ¡Exacto! ¿Qué pasa después
mi elección?
Pues en teoría si eliges mal y es
una decisión tan importante, pues tu
vida cambiará, se destruirá y todo lo
que pensaste saldría bien saldría muy mal y muchas personas te dirán un grande
y fuerte: te lo dije. Otro problema que
hallo en este tema de las elecciones vivenciales es que ¿Cómo sabes tú, que lo
que estás pensando escoger es lo que realmente necesitas? ¿Te has puesto a
pensar en eso? Como sé que lo que yo quiero para mi vida es lo que realmente
necesito para que esta vaya bien.
Muy parecido a la elección de una
carrera profesional, muy parecido también a con quien pasaré el resto de mi
vida incluso muy parecido a escoger una mascota para tu nuevo departamento. Las
elecciones en la vida están todo el tiempo y son desde que te levantas hasta
que te acuestas.
A lo que voy es que para elegir
no tienes que tener una bola de cristal o ser un genio como Einstein. Para
tomar una buena decisión a mi corta edad
he llegado a comprobar que tienes que confiar en ti más que en la elección que
tomes. Confiar en que tú buscaras lo mejor para ti y por lo tanto tu elegirás lo
que más te conviene como dicen seguir tus instintos.
Tampoco te digo que nunca te vas
a equivocar porque lo harás y muchas veces pero no te flageles por ello. Levanta la cabeza y sigue adelante, toma un
buen aliento porque se vienen muchas elecciones más y necesitaras ese buen aliento. Ahora para las personas que somos algo
autodestructivas con este tema de las elecciones, les aconsejo que hagan caso
omiso a todo lo que escribí antes y elijan totalmente lo contrario a lo que
iban a escoger en un principio, técnica que nunca falla.
En el amor se
toman las decisiones más difíciles y complicadas creo yo. El escritor Carlos
Cuauhtémoc Sánchez sabe muy bien de esto, y nos lo cuenta con una muy linda historia
¨los ojos de mi princesa¨ donde Carlos desde muy adolescente se enamora de una
chica y le pone de nombre ¨sheccid¨
Carlos idealiza tanto a sheccid que al final a
pesar de superar muchos obstáculos en su vida, nunca logra superarla a
ella. Finalmente el tendrá que decidir
entre seguir con esta historia de amor o aceptar que es un amor imposible. ¿Saben
que decidió él? Inventar una muerte inexplicable.
Mayra
Giuliana Agurto Salazar
Argumento
de "Lo
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