martes, 29 de septiembre de 2015

Obsesiones en el mar

¿Has sentido alguna vez que tienes un problema con algo y que eso es lo único en que piensas? Mucha gente ha tenido alguna obsesión en un momento de su vida, y a veces, esa obsesión es tan grande, que se terminan olvidando de los demás y de protegerlos.




Eso es lo que ocurre en la novela “Moby Dick”, de Herman Melville. Narra la obsesiva búsqueda del capitán Ahab, a bordo del barco ballenero Pequod, para atrapar a la gigantesca ballena blanca Moby Dick, movido por un gran deseo de vengarse, puesto que en el pasado la ballena le arrebató la pierna.

«Esa orca de nieve será mía o moriré en el intento»

El narrador de la novela, Ismael, es un joven con experiencia en la marina que decide que su siguiente viaje será en un ballenero, sin imaginar que la obsesión del capitán Ahab lo conduce a un viaje plagado no sólo de aventuras, sino de peligro tras la larga persecución a Moby Dick.



Se considera que la obra tiene un profundo simbolismo, especialmente por los personajes de Ahab y la ballena blanca. Se piensa que podría hacer referencia a elementos de la Biblia, y a temas como la obsesión, la venganza, el bien y el mal. Melville se inspiró en hechos reales entre balleneros y cachalotes enormes para la creación de su obra maestra. No sólo Ahab está inquieto hasta encontrar a Moby Dick, seguramente ustedes también lo estarán a lo largo de toda la novela. 

¡Hey corazón! no te enamores por favor


Existen amores prohibidos, los han existido desde el principio de los tiempos. Podría enumerar una extensa lista de ejemplos con nombres: Dalila y Sansón, Romeo y Julieta, Marco Antonio con Cleopatra, incluso en la biblia, con Adán y Eva.

Todos estos ejemplos de la historia y algunos ficticios nos han enseñado desde muy pequeños que hay amores que también pueden y son muy peligrosos. Y es que es difícil pensar y decidir de quien enamorarse.

Lamentablemente esa elección es algo que no controlamos, aunque a muchos nos gustaría poder hacerlo, sacar un rato nuestro corazón del pecho y decirle: Hey corazón, ya sé que andas muy ocupado con todo esto de bombear sangre, pero… ¿podrías dejar de acelerarte cada vez que salgo con ella? Es que se me hace algo incómodo.


¨El amor depara dos máximas adversidades de opuesto signo: amar a quien no nos ama y ser amados por quien no podemos amar¨

Tengo una gran incógnita con respecto al sentir del amor ¿realmente lo hace el corazón? O es que siempre escuchamos que el amor y todos esos sentimientos sin explicación vienen de allí, acaso ¿le estaremos atribuyendo una acción que muchas veces repelemos y odiamos en su totalidad al pobre corazón? Toda nuestra ira y muchas veces acompañada con frases como: te quisiera arrancar de mi pecho, ya no quisiera vivir y maldito corazón ¿somos realmente justos con nuestros corazones y su participación en esto llamado amor?


Yo no he amado hasta la locura aún y la verdad que viendo el resultado tan catastrófico y casi casi mortal prefiero aun no enamorarme, aun siento que soy demasiado egoísta como para dejar todo e ir en busca de mi amor hasta la china si fuera posible. Hay personas que le han agarrado tanto miedo por experiencias pasadas que no volverían a ese estado tan poco lucido como es el enamoramiento.

Como para no perder las esperanzas Mario Vargas Llosa nos deleita con su obra: ¨la tía julia y el escribidor´´ donde nos narra la historia de un amor poco convencional, La relación entre el joven escritor con una mujer de su familia mayor que él, la tía Julia. Vargas Llosa cuenta la pasión amorosa entre la tía Julia y el aprendiz de novelista, que la sociedad limeña de los años cincuenta prohíbe y juzga por todos los medios.


Esta narración reúne el interés de los relatos de amor , donde coinciden de forma brillante la pasión shakesperiana con su correlato novelesco, mostrándonos una vez más que los amores prohibidos nos pueden encontrar a la vuelta de la esquina, comprando el pan o incluso en nuestra misma casa.

Mayra Giuliana Agurto Salazar


Relato: Lima en dos (Parte Final)

Noté que empezando la siguiente cuadra había dos personas sentadas en la acera. Eran jóvenes. Les calculé 18 y 14 años (o al menos por ahí, esa “noche” estaba “traumado” o al menos lo empezaba estar), se veían muy sucios, vagos, parecían estar tranquilos, como si no notasen que están en una zona peligrosa. Note que ellos eran el peligro. 
Nos detuvimos junto a ellos. 
-¿Qué mierda hacen a acá a esta hora, ah?-dijo el policía 2 y bajó. 
Felizmente a mi no me hablaron así. 
-Nada jefe, vivimos por aquí- 
-A ver qué tienen allí- 
El policía se acercó y los palpó ágil y agresivamente, esto me hizo recordar la forma como lo vi palpar al primer señor intervenido. ¿Se puede hacer esto? Me pronto ya no me sentía tan seguro (y eso que apenas habíamos pasado una cuadra). ¿Y si vienen más? ¿Y si están armados? Pensaba esto porque a veces la Policía es tan estúpida, en fin… Aunque esos policías parecían estar bien preparados, sus voces tenían un toque muy peruano y ligeramente callejero, algo que me hubiese hecho sentir más en confianza si no fuese por ese temor que llevaba dentro. 
-Váyanse de aquí- 
“Estaban limpios”, por decirlo así. Yo estaba allí, asustado, pero ahora iríamos a mi casa, a 3 cuadras de allí. Pensé entonces que esos chicos pudieron haber estado consumiendo drogas, pero no solo ellos sino también el primer señor. Mi corazón latía fuerte y rápido y mis manos empezaban a sudar… 
Al fin, a mi casa… 
No era así exactamente. Tan jodida es la zona que acabando la esa cuadra, al frente, habían dos bultos allí, sentados, despreocupados (¡cómo si la zona no fuera peligrosa y yo sentado de miedo!), sus descripciones eran parecidas a los intervenidos hace menos de un minuto, uno era menor que el otro. 
Tamare, primero llévenme a mi casa, por favor. 
-Oe, ¿y ustedes qué hacen ahí?-dijo el policía 2 alzando la voz e imponiendo absoluta autoridad. 
-Ya nos vamos, vivimos por aquí no más-dijo el mayor. 
Esto me parecía una obra de teatro, donde yo era el espectador (que observa los actos “heroicos” de dos policías ante la delincuencia juvenil), pues las dos escenas se veían tan parecidas e incluso me incluyo pues, seguía asustado. Como ha de ser de costumbre para ellos, el policía bajo y los revisó. Yo no conozco exactamente las leyes peruanas (aunque lo mismo da porque nunca se respetan), pero me parecía justo e injusto a la vez que los trataran como sospechosos de algo, quizá por sus apariencias p oco amigables. Justo, porque en realidad si parecían delincuentes y además la zona estaba solitaria y era Breña, también quizá por la “costumbre” (algo que imagino) de encontrar delincuentes, borrachos o coqueros a esa hora en el distrito de Breña. E injusto simplemente por el hecho de que literalmente no habían hecho nada. 
-Mira esta huevada- dijo y se la alcanzo al policía dentro de la camioneta. 

lunes, 28 de septiembre de 2015

Noches para volver a amar

Mucho se ha oído hablar este año de la popular telenovela turca “Las mil y una noches”. Numerosos televidentes han mostrado interés en sus personajes, sobretodo en el romance de los protagonistas, pero pocos saben que el argumento se basa en el libro “Las mil y una noches”, una recopilación de antiguos relatos medievales, como “Aladino y la lámpara maravillosa” o “Ali Babá y los cuarenta ladrones”.


El cuento principal narra la historia del rey Schariar, quien luego de que su esposa le fuera infiel, decide no volver a confiar en las mujeres y ordena al visir buscarle una mujer para casarse cada día y luego mandar a decapitarla. Aparece entonces Sheherezade, quien hace un plan para detener al rey. Sheherezade se casa con Schariar, pero para no ser asesinada, la primera noche le relata un cuento que le parece muy interesante al rey, pero no cuenta el final. Le dice al rey que lo contará la noche siguiente, haciendo lo mismo la siguiente noche con otro relato y así, hasta que llegan mil y una noches.

Los relatos que se narran en “Las mil y una noches” son “cuentos dentro de otros cuentos”, es decir, relatos que los personajes cuentan a otros. Las historias son de distinto género, hay historias de amor, de comedia y tragedias, generalmente con una enseñanza para el lector. Es un libro que causó gran impacto en el siglo XIX y ha sido adaptado varias veces en distintos países de Occidente para cuentos de niños y adolescentes. Si crees que no puedes leer el libro original, ya que es bastante extenso, puedes encontrar ediciones más resumidas sin perder la esencia de la obra.




La historia habla de una gran decepción y la generalización que hace el rey, quien creía que todas las mujeres eran igual de infieles que su primera esposa. Pero en la vida, muchas veces no es así y nos dejamos llevar por prejuicios, impidiéndonos conocer a personas que resultan ser excelentes amigos o parejas. Conozco algunos casos en los que que existe gente como Sheherezade, alguien que aparece en nuestra vida para hacernos volver a creer.

RELATO: Lima en dos (Parte 2)

Tenía que caminar un promedio de 4 a 5 cuadras de proporciones algo grandes hasta llegar al Jr. Zorritos (que es paralela a la Av. Colonial, pues el condominio tenía entrada en ambos lados). 
Lo primero que vi, fue toda una escena. Un “pata” estaba siendo intervenido por un policía y a su costado había una camioneta Toyota Hilux (obviamente de la PNP). Yo asumí que era un ladrón, cosa que no importaba en ese momento ya que, fuese lo que fuese, estaba siendo intervenido por un policía. El estar allí parado, en Breña, y sobre todo a esa hora, ya te provoca una sensación de terror, miedo y angustia. Me imagino ahora qué hubiera pasado si no hubiera estado allí la Policía. 
La escena ocurría justo por donde debía pasar. La zona se veía terrible, pasé la camioneta y había otro policía dentro, miré las cuadras por las que debía caminar y…ni cagando paso por allí. Prácticamente, deber de la Policía es protegerme, así que no lo dude en lo más mínimo. Volví y me dirigí hacia la camioneta. 
-Disculpe oficial-dije con una voz infantil y miedosa a la vez, como si fuera un niño perdido-, me da miedo ir por acá, no sé si me podrían llevar unas cuadras más allá, en Zorritos, acá no más a unas cuadras. 
-Mira, ahorita estamos en una intervención-dijo, parecía que esto era para él una cosa de todos los días-, pero anda no más, yo te chequeo desde aquí. 
Recuerdo haberle dicho “ya, gracias”, pero lo menos que quería era seguir caminando por la Av. Tingo María. Así que volví a caminar (muy lentamente, pensando que en algún momento el policía me llevaría a mi casa) en dirección a mi casa. Me di cuenta que en las siguientes dos cuadras el policía fácilmente me perdería de vista, ya que al terminar esta cuadra, la siguiente se tornaba un poco hacia la izquierda. 
Terminé la cuadra, cruce y segundos después de empezar la otra escuché que la camioneta se acercaba. Por favor para, por favor para
-¡Oye, sube!- 
-Gracias.-dije todo emocionado. 
Ahora me sentía protegido, estaba en una camioneta de la Policía con dos policías que me llevarían a mi casa. Me senté en la parte trasera, recuerdo que había una bolsa negra cuando subí. Los dos policías estaban adelante y parecían estar atentos a algo, pero también se les notaba muy tranquilos. 
-¿Qué haces por acá a estas horas?- dijo el policía piloto. 
-Vengo de estar con unos… 
-Mira allí, allí huevón- me interrumpió el policía copiloto (digamos policía 2). 
-Ya, ya- 
¿Qué pasa? 

domingo, 27 de septiembre de 2015

Así perdí la cabeza

Particularmente pienso que los sueños son ese encuentro especial y fugaz entre las emociones, los deseos y la mágica realidad que vive en nuestro mundo inconsciente. En especial los de Alicia, sí “Alicia en el País de las maravillas”una de mis historias favoritas. Una niña de diez años cuyos sueños son una magnifica fusión entre  la inocencia y la magia de su edad abarcando increíbles situaciones acompañadas de la originalidad de sus inolvidables personajes. A través de locas distorsiones, cambios de ambientes y los personajes que te trasladan a un mundo lleno de formas divertidas mientras los juegos con la lógica y las palabras en geniales diálogos se asocian en un mundo paralelo, todos trasladados de un lado a otro como si de un sueño real se tratase. 
 Los sueños pertenecen a un submundo complejo lleno de misterios que siempre ha atraído mi atención. En ocasiones han sido tan marcados y reales que me he pasado horas de horas intentando comprenderlos pues ponen ese toque ficcional en nuestras vidas. Solo en los sueños podemos ser los protagonistas de surrealistas, inverosímiles y disparatadas historias.
"Sí yo hiciera mi mundo todo sería un disparate. Porque todo sería lo que no es. Y entonces al revés, lo que es, no sería y lo que no podría ser su sería"
Como la increíblemente y loca historia de Alicia cuyo artífice solo pudo ser el matemático, lógico y escritor Charles Dodgson o conocido como Lewis Carroll, quien fusionó su magnífica genialidad para mostrar una historia que logra perderte en el tiempo mientras te envuelves entre sus páginas y aunque muchas de las frases  de este mágico libro parezcan totalmente absurdas tienen un trasfondo  lleno de lecciones de vida. Cada personaje y espacio tienen una razón de ser una llamada de atención como el conejo blanco que anda loco con el tiempo y la rutina del sombrerero loco de tomar el té siempre a las 6.
Esta historia tiene muchas adaptaciones cinematográficas  personalmente mi favorita es el regreso de Alicia adolecente al país de las maravillas dirigida por Tim Burton con el camaleónico johnny depp como el sombrero loco, un personaje que me robo el corazón de principio a fin.
Sin embargo, debo reconocer que no hay nada como el libro que cuenta con todas las herramientas y elementos para sumergirte en la historia completa de las aventuras de la pequeña protagonista y encontrar similitudes con varios de los personajes devolviéndonos a la niñez donde todo era posible con solo imaginarlo. Desde hablar con un conejo controlador del tiempo, una oruga sabia, un gato sonriente y perder la cabeza con un sombrero loco muy loco, alunado, chiflado, versánico, orate que te robará el corazón.
"Creo que sí, que has perdido la cabeza: Pero te diré un secreto: las mejores personas lo están"


sábado, 26 de septiembre de 2015

RELATO: Lima en dos (Parte 1)

Ahora que regresé a vivir a Lima este año, que es realidad es como si fuera la primera vez, porque no recuerdo mucho esos 3 primeros años de mi vaga vida, me pregunto: ¿Por qué Lima es tan linda y fea a la vez?
¿Lima es Larcomar? ¿Lima es el Marriott? Sí, pero también es el caos del centro de Lima (es en serio, yo vivo por ahí no jodan), los cerros de San Juan de Lurigancho (más que los cerros, las personas pobres que viven allí) y el temor de pasar por distritos como La Victoria o Breña (que está a unos pasos de mi casa).
Hace poco más de un mes fui con 4 amigos a Larcomar, estuvimos hasta la 1 a.m. y luego nos fuimos a caminar por Miraflores. Había buena cantidad de personas, sobre todo en el Parque Kennedy (muchos extranjeros a los cuales me hubiera gustado entender lo que decían). Gente que se veía feliz, como si al día siguiente fueran a divertirse de la misma manera y al siguiente, y al siguiente también. Las calles limpias, las personas educadas, restaurantes iluminados formaban un bello panorama, que sinceramente daba gusto ver. Todos caminaban tranquilamente.
Eran las 2:00 a.m. y mi mami me reventaba el celular. ¿Ya vienes? ¿Dónde estás? Si mamá. Ya voy. Oye brother, me quito. ¿Te quitas? Sí huevón.
Ahora que recuerdo fue un viernes, un día después de mi cumpleaños.
Cogí un bus que iba toda la Av. Arequipa y me dejaba entre Paseo Colón y la Av. Garcilaso de la Vega (Ex Av. Wilson, no sé porque mierda les cambian los nombres).
Llegué. Eran aproximadamente las 2:30 a.m. (llegué rápido, pues no había tráfico). Estaba en el Cercado de Lima. En Paseo Colón pasaban 2 rutas diferentes de buses que me dejaban entre la Av. Tingo María y la Av. Oscar R. Benavides (Ex Av. Colonial), donde queda el condominio donde vivo.
Ahora que justo estoy escribiendo esto, me doy cuenta que solo pasaban las rutas que venían desde Chosica: la que llegaba hasta la Plaza Dos de Mayo (donde pude haberme ido, ya que luego me bajaba y tomaba un combi hasta el condominio, pero estaba seguro que a esa hora no habría ninguna combi, y lo que sí podría haber eran drogadictos, rateros, homosexuales o travestis) y las que se iban por la Av. Arica y que luego entraban a la Av. Venezuela (y llegan hasta la Av. Faucett, me parece).
Me daba miedo estar allí parado, totalmente solo, había una familia a unos metros que me daban algo de tranquilidad. Ese día me di cuenta de lo tacaño que soy. Tenía dinero en el bolsillo, unos quince soles, aproximadamente. Un taxi me cobraría unos seis o siete soles, pero calculando unos diez soles, por lo tarde que era (allí en el Cercado de Lima, pues en Miraflores no lo parecía).
Vi el reloj, eran las tres. Llevaba media hora parado como cojudo esperando un bus de mierda que nunca iba pasar. Me harté, ni siquiera había policías o los inútiles del serenazgo. Subí al bus que iba por la Av. Venezuela, me dejaría en la Av. Tingo María y solo tenía que caminar unas 4 cuadras (grandes).
Bajo en Tingo María (el cobrador me miró raro). Tingo María, Tingo María bajan.
De pronto, ya no estaba envuelto en la cierta tranquilidad que me brindaba estar dentro del bus (que era una coaster en realidad). Estaba en Breña.